Review article

 

A 100 años de la administración científica: capitales éticos y sociales como grandes ausentes en nuestra ciencia

 

Juan de Dios González Ibarra
Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM)
jdgiba@correo.xoc.uam.mx

 

Resumen

A un siglo de la aparición de la obra The Principles of Scientific Management es pertinente reflexionar creativamente sobre lo que inició este pensador y ejecutivo práctico; diagnosticando el estado actual imperante de ella como arte, ciencia y meta ciencia o epistemología, tomando en cuenta lo anterior y la actual crisis de este mundo globalizado, pudimos percatarnos de la necesidad urgente de incorporar a nuestro campo general de trabajo teórico y práctico los conceptos de capital ético (integración dinámica productora de acciones y actitudes morales) y capital social (red formada de confianza interpersonal que genera armonía social), termina con propuestas prácticas para lograrlo.


Palabras Clave: Administración científica, capital ético, capital social, evaluación crítica

 

To 100 years of the scientific administration: absent big ethical and social capitals in our science

Abstract

A century of the occurrence of The Principles of Scientific Management book, is calls we think creatively about logged this thinker and executive practical; this leads to perform a critical and purposeful assessment of what has been the discipline that he was pioneer and us based on the study and continuators experiences and teachers; diagnosing the prevailing her current status as art, science and epistemology, taking into account the above and the current crisis which is a division in the areas of this globalized world, we realize the urgent need to incorporate into our general field of the concepts of ethical capital and social capital, we finish with several solutions.


Key-words: Scientific management, ethical capital, social capital, critic evaluation

Introducción

Este artículo responde a la necesidad de repensar a un siglo del nacimiento de nuestra disciplina, cual es el estado del arte y de la ciencia en la cual se encuentra, sus aportaciones, carencias, triunfos y fracasos, aciertos y desaciertos y, para nosotros en especial viejos maestros y constantes alumnos hambrientos estudiosos de la misma, reconociendo avances y aportaciones realizados por diversos pensadores pero con la actitud de sorpresa y asombro siempre que encontramos nuevas verdades o descubrimos antiguas falsas creencias que sostuvimos empecinados (como “administrar es hacer a través de otros”) después de cuatro décadas de estudio y enseñanza de la misma,  hoy nos percatamos que definiendo en lo general al capital como la acumulación de recursos que permiten la generación de riqueza adicional como el físico identificado con la tierra y la naturaleza, el financiero con el capital y el trabajo con las habilidades, capacitación y actitud del empleado, la carencia de los capitales éticos y sociales no sólo han generado fundamentalmente la crisis actual sino, que por el contrario, han afectado a nuestra realidad y ciencia –“los altos ejecutivos no sabían lo que estaba pasando…¡Qué fracaso tan estrepitoso de la gestión” (Mintzberg, Henry (2009: 88)– en su sano desarrollo en este siglo de su existencia, por lo que “parece que el nuevo indicador para evaluar el liderazgo corporativo será algo como: hasta qué punto los ejecutivos crean organizaciones que son económica, ética y socialmente sustentables” (O’Toole, J. y Bennis, W. 2009:70), dirigiéndonos hacia una nueva cultura de la sinceridad.

En una ciencia tan joven como la nuestra es impresionante la cantidad de paradigmas que han emergido y caído en un siglo apenas, la dinámica de las organizaciones se muestra con tal fuerza que obliga a construir cada vez con mayor rapidez nuevas preguntas y explicaciones, que permitan comprender y explicar el objeto de estudio y la más acertada dirección y liderazgo empresarial en cada época, el contexto se muestra con una gran fuerza que impide ser ignorado, las lecciones como la de la General Motors y sus décadas de liderazgo hoy perdido nos enseñan el poder del cambio.

A pesar y en contra de lo afirmado “científicamente” por certificadoras de calidad o “excelencia”, estudios de prospectiva realizados por agencias de lo más prestigiadas y en el corazón mismo del país más poderoso de la tierra estalló la crisis que obligó a repensar a nuestra ciencia, conforme a elementos y parámetros nunca antes tomados en cuenta.

Partimos de la hipótesis de que falló el postulado smithsoniano de que el egoísmo humano que supuestamente conduciría por “la mano invisible del mercado” al bienestar de todos o sea, el egoísmo de cada uno generaría el bien común,  lo que ha logrado por acumulación desde sus inicios que en este siglo estalle una crisis muy amplia y profunda (Pérez, C. y Bolaños, A., 2009: 6-7) en un mundo globalizado en donde se ha ampliado la desigualdad de oportunidades, pobreza, miseria, inseguridad, corrupción  y desconfianza lo que han hecho naufragar las promesas del racionalismo cartesiano que prometió que la razón nos proporcionaría el mejor de  los mundos posibles, sin que se necesitara la intervención del Estado (Krugman: 2009:12) o de códigos de elevadas morales comerciales, industriales o de servicios, las que deberían ser kantianamente cuestiones personales o del arbitrio de las propias empresas. La investigación que realizamos fue interdisciplinaria no sólo  desde las ciencias sociales  sino que también recurrimos a la epistemología y a las humanidades, pues el tema nos obligó a recorrer caminos no explorados a pesar de los largos años de estudio en nuestro campo, esto nos permitió enriquecernos con nuevos saberes, perspectivas y evaluaciones desde otras posiciones que nunca habíamos abordado consultando lo último de Paul Krugman, George Soros y Joseph Stiglitz entre otros, por lo que ahora que el trabajo está concluido nos podemos dar cuenta que valió la pena el esfuerzo desarrollado pues comprobamos que nunca se termina de aprender en el maravilloso mundo de la administración y las organizaciones, mismo que asumimos desde jóvenes como proyecto y compromiso de vida.

Con una crisis producto de lo anterior en la cual fallaron en concreto empresas como Lehman Brothers Holdings, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Mutual Bank, Merril Lynch, aseguradoras como AIG, directivos de financieras de viviendas como Richard Syron presidente de Federal National Mortgage Association (Fannie Mae), Daniel Mudd de Federal Home Loan Mortgage Corporation (Freddie Mac), de empresas automotrices como General Motors, Chrysler, –antes en 2001 Enron y WorldCom–, auditores, despachos contables, administradores y financieros de supuesta reconocida solvencia moral e institucional como Bernard Madoff (Stiglitz, 2009:31), certificadoras, comisarios de sociedades anónimas, supervisores gubernamentales, consideramos que debemos aprovechar el momento de reconstrucción, el que “el pensamiento convencional de economistas, legisladores y medios de difusión sea desesperadamente inadecuado para hacer frente a la crisis. Es tiempo de volver a escribir los libros de texto” (Toffler, A. y Toffler, H. 2009: 98). Congruente con lo anterior es necesario construir los capitales éticos y sociales que su carencia tanta falta ha demostrado con consecuencias negativas, desafortunadamente, no vislumbramos que este camino se esté impulsando para superar sus profundos daños en destrucción de empleos, seguridad pública,  ahorros, empresas, confianza ciudadana, corrupción, contaminación ecológica mundial con el efecto invernadero y pérdida de miles de kilómetros de hielo en los polos, inversión y pesimismo ante el futuro de las nuevas y viejas generaciones, construir ciudadanías y gobiernos confiables bajo la gobernanza con capitales éticos y sociales amplios y sólidos, tal es pues nuestra hipótesis conforme nuestro criterio, el mayor reto que consideramos que afronta la administración hoy a un siglo del  mundo que Frederick Taylor vivió y la ciencia que inició.

II. Un “Canon administrativo” o Taylor y los que han construido el camino.

Si quisiéramos construir una ruta del camino de la administración para diseñar un “Canon de la Administración” libremente y de una manera muy personal de los autores indispensables para nuestra ciencia, disculpándonos por las diversas omisiones –que cada quién podrá remediar a su criterio–, nosotros empezaríamos por Adam Smith con Teoría de los sentimientos morales y La riqueza de las naciones, continuaríamos desde lo bélico con Sun Tzu El arte de la guerra yC.von Clausewitz  La teoría de la guerra, otra vez en la paz seguiríamos con Frederick Taylor Principios de administración científica, Henri Farol Administración industrial y general, Henry Ford  Mi vida y trabajo,  Max Weber Economía y sociedad, Alfred P. Sloan Mis años en General Motors, Joseph A. Schumpeter Teoría del desenvolvimiento económico y Los ciclos económicos,Mary Parker Follet Administración dinámica, Jack Duncan Las ideas y la práctica de la administración: los principales desafíos en la era moderna, Peter Drucker La práctica del management y su inmensa obra de 70 años algunas citadas en la bibliografía, Herbert A. Simon Comportamiento administrativo, Henry Mintzberg La estructura de las organizaciones y El proceso estratégico: Conceptos, contextos y casos, Peter Senge La quinta disciplina, Chris Argyris y D. Schön La organización que aprende: una teoría sobre la acción prospectiva, Chester Barnard Las funciones del ejecutivo, Philip Glouchevich Juggernaut la empresa alemana,  Kenichi Omae Un mundo sin fronteras Historia del análisis económico, Glenn Carroll y David Teece Empresas, mercados y jerarquías: la perspectiva económica de los costos de transacción, Art Kleiner y George Roth El cambio basado en el aprendizaje: realidades sobre la transformación corporativa, José Ayala  Instituciones y economía: una introducción al neoinstitucionalismo económico, E. Deming  Calidad, productividad y competitividad: la salida de la crisis, De Bono El pensamiento lateral, H. Gardner con Teoría de las inteligencias múltiples  o la versión divulgadora de Daniel Goleman, La inteligencia emocional, R. Cooper y Ayman Sawaf La inteligencia emocional aplicada al liderazgo y a las organizaciones,  R. Kriegel y L. Patler Si no está roto rómpalo: ideas no convencionales para un mundo de negocios cambiante, Ken Wilber La conciencia sin fronteras. Aproximaciones de Oriente y Occidente al crecimiento personal,  Nonaka y H. Takeuchi La organización creadora de conocimiento, M. Fruin Las fábricas del conocimiento, A. Kleiner y G. Roth El cambio basado en el aprendizaje, la obra interdisciplinaria de Bernardo Kliksberg, Kleiner La innovación y el aprendizaje en la organización, Monden Filosofía de los negocios, O. Géliner Ética de los negocios,P. Drucker e I. Nakauchi Tiempo de desafíos, tiempos de reinvenciones. Invitamos a los compañeros a que hagan un ejercicio para formar sus propios cánones con autores en donde posiblemente incluirán a Herbert A. Simon, Chris Argyris, Donald Schön, Mark Fruin, Ikujiro Nonaka, Hirotaka Takeuchi, Jack Duncan, K. Arrow, R. Coase, H. Monden, Aiko Morita, Peter Drucker “el filósofo del management”, Isao Nakauchi,  Alvin y Heidi Toffler, Philip Glouchevitch, Philip Cateora,  Philip Kotler, Gary Armstrong, Amartya Sen, Bernardo Klisgsberg, Glen Carroll, David Teece, Douglas North, O. Williamson, G. Stigler, J. Stiglitz, Edwards Deming, Henry Mintzberg “el gurú del caos”, Paul Krugman, George Soros, en esta labor nos ayudan mucho las obras de Luis Arturo Rivas Tovar del IPN, Adela Cortina de la Universidad de Valencia  y Fundación ETNOR, así como de los compañeros profesores y egresados del Doctorado en Administración y Estudios Organizacionales.

II.1 El antecedente de Adam Smith.

En justicia primero queremos reconocer la labor de quienes fueron los primeros administradores mexicanos, como Agustín Reyes Ponce, que nos formaron en la entonces Escuela de Contabilidad y Administración de la UNAM, a los autores de diversos países que han enriquecido nuestro campo ayudando a formarnos con la ciencia y organizaciones que hoy tenemos. Junto a la riqueza teorética y técnica hemos encontrado carencias desde la ética y la confianza ciudadana, el tema recurrente presente es la preocupación ética de la práctica y epistemología de la ciencia administrativa que se necesita desarrollar para construir de cara al futuro cotidianamente las organizaciones valiosas, éticas y transparentes que la sociedad requiere; para ello se utilizará la reflexión epistémica así como la integración de diversas experiencias de investigación realizadas, con la preocupación de buscar comprender, explicar y ayudar al desarrollo de capitales éticos y sociales en la reflexión y práctica organizacional de la ciencia y epistemología administrativas aunadas a los estudios organizacionales, filosofía de las ciencias sociales y administrativas, con el propósito de impulsar mejores niveles de eficacia, eficiencia, ética, confianza, sustentabilidad, transparencia, competitividad nacional e internacional  de las organizaciones, generación de utilidades y elevar la calidad de vida de los trabajadores.

Esta investigación pretende –por oposición a cierta tendencia en la que fuimos formados como tecnócratas– estar dirigida por una epistemología práctica ética, expresada de inicio por el reconocimiento de los valores que animan y deben dirigir a las organizaciones del tercer milenio que cumple ya casi una década, cuyo estudio axiológico es un campo relativamente nuevo que esperamos ayudar a fortalecer con el fin de darle un rostro más humano a las actividades administrativas y a la empresa, ésta como al espacio vital humano cotidiano, social, laboral, cognitivo y afectivo objeto de investigación y compromiso desde la práctica, ciencia, epistemología y docencia organizacionales.

Consciente en lo emocional-racional de la belleza de la administración o gestión empresarial en el sentido de la unión del trabajador con el empresario como creadores de riqueza, hermanado con la identificación generada desde el Instituto de Tecnología de Massachusetts de Donald A. Schön de la importancia del desarrollo de profesionales reflexivos –de elevada ética agregamos nosotros–, particularizados en esta investigación en los administradores que, además de reflexivos sean éticos, como modernos protagonistas sociales e importantes protagonistas estudiosos interesados en elevar esta actividad, servicio, práctica, conocimiento y epistemología en búsqueda de superiores niveles de compromiso empresarial-social, que les permita ser parte del todo social justo y natural sustentable dentro del escenario nacional actual y futurible inmerso en la globalidad mundial; pensando en apropiarnos todos de la epistemología administrativa como actividad interdisciplinar moral (Schön, 1998:87).

Cualquier prospectiva futurible está sujeta a los riesgos de un incierto periodo en la crisis actual, misma que debemos aprovechar para generar una transición socio-económica ética desde la globalidad o mundialización hacia una equitativa mejor calidad integral de vida de la población mundial con equidad y sustentabilidad (Hobsbawm, 2009:31-33), este famoso intelectual se manifiesta en contra de la maximización del crecimiento económico y el ingreso personal, a favor de “decisiones públicas dirigidas a conseguir mejoras sociales colectivas con las que todos saldrían ganando”. Esto será  gracias al cotidiano trabajo ético común organizado protagonista de la riqueza de todo país, empresa o individuo en justicia reconocido y retribuido organizado por la práctica, ciencia y epistemología administrativa, potenciado por las demás ciencias y la tecnología, de los administradores de todo el mundo que emplean “la reflexión en la acción”, los que parafraseando a Schön reflexionan en lo que hacen mientras lo están haciendo y después innovan, jóvenes o adultos, estudiantes o trabajadores, empresarios u obreros,  es preciso aprovechar reflexivamente desde la ética los recursos naturales y científico-tecnológicos que  tenemos en el mundo para crecer en la cultura organizacional ética.

Investigando podemos encontrar y recorrer (recordando al gato epistémico de Lewis Carroll) el camino histórico-lógico de la construcción de la Teoría de la Organización, siguiendo a los estudios del grupo de excelencia docente e investigativa de la UAM-Iztapalapa integrado profesores como Luis Montaño, Eduardo Ibarra, Pedro Solís  y Antonio Barba quienes descubren o integran una ruta o mapa que, problematizada y personalizada, podemos identificar:

  1. Desde la administración científica tayloriana con el problema de conseguir la eficiencia en el empleo del trabajo humano equipado de herramientas, con base práctica en los estudios de tiempos y movimientos y el incentivo económico como la motivación por excelencia;
  2. Las relaciones humanas de Henderson y Elthon Mayo que redescubren al hombre cotidiano desde el grupo informal y la pirámide motivacional de las necesidades de Maslow, el organigrama como la expresión formal y el organigrama sombra o difuso dado desde la realidad de la relación cotidiana de afectos y desafectos como realidad vital primaria;
  3. La burocracia weberiana, del mundo de las organizaciones desde la cuna hasta la tumba, con sus tipos ideales conforme al trabajo con sentido o voluntad del individuo, con un orden legal o reglamentario, institucional - impersonal, de racionalidad instrumental, con la desilusión del zoon politikon y del burócrata como “ser enamorado de la nada”;
  4. La del comportamiento organizacional simoniana conforme al Círculo de Viena, que se afirma en los hechos pues los valores pertenecen al ámbito político, con un balance a favor de las contribuciones del trabajador por encima de sus retribuciones;
  5. la de la contingencia con su óptica neo evolucionista que retoma la funcionalista de sistemas, privilegiando las estructuras por encima de lo cultural, en donde lo simbólico no hace su presencia ante un vaciamiento de lo social, la supervivencia organizacional toma un lugar preeminente y la toma de decisiones es el gran reto.

En un escenario de crisis se impone la necesidad de ser empresarios y trabajadores emprendedores reflexivos éticos a favor de mayores salarios y utilidades, en un mundo en el que los ideólogos del país más poderosos de la tierra son macro administradores como Barack Obama, George Soros, Carlos Slim o Bill Gates.

Hoy nos encontramos ante un sistema sociopolítico global en crisis que confronta éticamente  a dos tipos de economías señalada por el Nobel Amartya Sen (2005:18): la del bienestar al estilo la Unión Europea con la de la miseria con África y Latinoamérica presentes, entre sí diferenciadas por la UE con su Estado Constitucional Democrático y Social y el llamado neoliberalismo con un Estado de Derecho individualista, éste que nos llevó a la crisis actual basado en lo que se ha llamado explotación del hombre y la naturaleza, demagogia, manipulación e ignorancia, la falta de credibilidad en lo político y los políticos por desengaños nacionales con dictaduras incluidas, producto de una historia de retrasos sociales, industriales, desperdicio de talentos, fraudes públicos, cambios de rumbos cíclicos, intranquilidad política e inseguridad pública.

El mundo puede encontrar en la construcción de capitales éticos y sociales una respuesta ante la crisis que puede ayudarnos en el camino de la construcción de nuestra realidad, organizaciones y ciencia con la superación nacional que ambicionamos, junto con el trabajo, tecnologías, humanidades y sustentabilidad de punta, combatiremos lo negativo del pasado siglo fortaleciendo lo positivo heredado e innovando la realidad, orientados por los valores humanos. Ahora bien cómo se construyen ellos: el ético mediante la integración de acciones morales y su reconocimiento social como ejemplo a seguir; el capital social con base en el valor verdad de la palabra y los hechos, en la congruencia del discurso y la práctica, para generar confianza como cemento que une a todos los miembros de la sociedad,

Partimos de la mencionada hipótesis de que la administración en la sociedad industrial es producto de la separación que se genera con el trabajo individual y la dirección organizacional del mismo, lo que engendra la necesidad de que existan individuos que conozcan toda la organización y los procesos productivos de bienes y servicios; con esto situamos su nacimiento en el último cuarto del siglo XVIII; sin embargo con el surgimiento de la actual sociedad del conocimiento o de la información, el cambio se acelera y los retos, riesgos y oportunidades se multiplican lo que exige contar con capitales éticos y sociales.

Hoy la organización está cuestionada seriamente desde la moral y las prácticas del segundo liberalismo llamado neoliberalismo, con su tendencia  a través de la confusión ontológica  de mercantilizar lo inmercantilizable: la naturaleza, la dignidad humana y el esfuerzo ético y social creativo.

En una realidad posindustrial, el autor sostiene que encuentra en lo administrativo ético reflexivo, una ruta deseable y alcanzable que evite crisis como la actual ocasionando grandes emigraciones mundiales por hambre o regímenes criminales.

La aplicación de la epistemología ética para comprender, explicar y ayudar a la innovación de la realidad y teoría de la ciencia administrativa, tanto en la práctica, praxis, y reflexión, desde los tres niveles del conocimiento-acción óntico, ontológico y epistémico, nos permiten desde la reflexión epistémica moral intentar explicar las tensiones del ser, quehacer y saber administrativo y organizacional.

 Reconociendo todos los avances científicos, epistémicos y tecnológicos realizados por los diversos pensadores y ejecutivos en acción, necesitamos a un siglo de The Principles of Scientific Management deFrederick W. Taylor realizar nuevas aportaciones éticas de lo administrativo como materia y praxis, como episteme ética con otras acciones, conductas, palabras, conceptos, valores, categorías, lógicas y metodologías, superando la práctica administrativa enajenada y el dividendo como unidad de medida, lo que en la historia de la humanidad ha demostrado repetidamente que la utilidad por la utilidad económica desde la dignidad del hombre generalmente carece de valor o valores éticos y sustentables, que para la humanidad no genera valores socialmente permanentes y su funcionamiento a ser depredador, necesitamos escenarios prospectivos futuribles (se refiere a aquello deseable y alcanzable) mundiales éticos, sustentables, contemplando transparencia y alternancias del poder público como exigencia democrática del ciudadano y del hombre, un definido proyecto mundial que aglutine esfuerzos en la prospectiva de este tercer milenio futurible.

III. Un esfuerzo hacia la ciencia y epistemología administrativas éticas

En cada parte de este artículo se pretende en lo administrativo evitar la carencia axiológica en la que nosotros mismos habíamos caído en otras obras ya publicadas, llegar sólo desde lo descriptivo o definitorio “neutro” (Chiavenato, 1995:305)  a intentar identificar el campo ético específico de nuestra ciencia y metaciencia; en lo ontológico llegar por el sólo razonamiento al conocimiento humano y sustentablemente descomprometido, sino está por medio la reflexión ética del saber epistémico valorativo. Intentamos comprender y explicar los tres niveles administrativos: distinguir desde lo óntico (descriptivo), ontológico (explicativo) y epistémico o reflexivo (Kliksberg, 1990:76), así se pretendió enriquecer en sus dimensiones el ser y conocer administrativo en su integridad, desde la identificación de la memoria, su conocimiento en movimiento histórico desde la lógica y el conocimiento de ese conocimiento con la reflexión epistémica (Cassirer, 1992:212), para trabajar con cada momento desde su especificidad.

Tomando a lo organizacional como objeto de estudio dinámico, emplearemos como lo hemos hecho en otras investigaciones a teorías intermedias u operacionales como la teoría general de sistemas de Ludwig von Bertalanffy (1991:12); a la cibernética, producto teórico de Norbert Wiener y del fisiólogo mexicano Arturo Rosenblueth (1968:92), con sus conceptos básicos de retroalimentación (feedback) y, el de auto equilibrio o homeostasis; la de las organizaciones (Mintzberg:1991), la de la burocracia que nace con Max Weber (1998:217) y sus tipos de liderazgo: tradicional, carismático y  legal, racional o burocrático; a la lingüística como aplicación (Jakobson, R. y Martinet, A., (1975:10) reconociendo que nos encontramos frente a una metaciencia, con el ginebrino F. Saussure y Hayakawa (1967:23); la de los sujetos sociales de Hugo Zemelman (1990: 89) y su necesidad constructiva; de Javier Salazar su teoría de grafos aplicada a la educación superior (1979:18).

La anterior posición fortalecida porque la palabra científico surgió apenas en 1833 con William Whewell en Ambrige, en una reunión de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia (Bynum, 1986:105).

Si la administración se presenta como proceso dirigido por el hombre, entonces no es como acto dado neutro sin axiología, no tiene por tanto, un punto neutro de partida y sólo es en función de lo que la realidad moral señala en ese momento y no en otro; luego la comprensión y explicación de la misma se sitúa en lo valorativo ontológico y la transformación consciente en lo epistémico, pues integra conocimiento y saber del conocimiento de la acción como forma de apropiación personal-social desde la totalidad del ser y del conocimiento de ese ser moral.

Avanza  como ciencia claramente con Henri Fayol, con el fundador desde la ciencia de la ingeniería de Frederick Taylor y, empieza su análisis académico en México con autores como Agustín Reyes Ponce con el llamado proceso administrativo y sus pasos desde la previsión o planeación hasta el control, con campos especializados definidos como: finanzas, recursos humanos, mercadotecnia, comercio internacional, informática, auditoría, dirección de organizaciones y procesos productivos.

Por un manejo ideológico individualista y egoísta en la administración se ignoró manejándose por ausencia al Adam Smith de su Teoría de los sentimientos morales  de 1759 y, quitándole la esencia ética, se privilegió al de La riqueza de las naciones de 1776 de manera economiscista, por lo que desde el egoísmo individualista se concibe así una economía que tiende al equilibrio por obra de las fuerzas del mercado. La naturaleza del hombre se encarga por sí misma de sostener este equilibrio, su esencia egoísta es canalizada por la “mano invisible” y los mecanismos del libre mercado, de tal forma que actuando por interés propio y bajo su propensión al intercambio, cada uno de los individuos contribuye al beneficio de la sociedad en su conjunto y al equilibrio del sistema económico.

Lo administrativo debe estar al servicio de la producción de valor excedente o plusvalía en el que se integre ética, confianza, práctica, consciencia, eficacia, eficiencia, competitividad, calidad, experiencia, conocimiento, axiología y epistemología.

También en el autor anteriormente citado Claude S. George Jr. encontramos un error, generalizado no sólo en él, al periodizar las etapas de la práctica administrativa y separarlas colocándolas junto con los momentos del desarrollo del pensamiento administrativo. Según nuestra reflexión, reiteramos que esto proviene de la oscuridad que reina entre la administración como conjunto de prácticas seudoidentificadas con las llamadas etapas o funciones del proceso administrativo, también de la carencia de no poder concebir a la administración identificada como ciencia con su objeto ontológico propio de conocimiento y, a la ausencia de lo epistémico como conocimiento del conocimiento administrativo.

Investigando sobre el tema en la revista ide@s del CONCYTEG nos encontramos el excelente artículo del Dr. Luis Arturo Rivas Tovar del IPN, en donde presenta un cuadro sobre la evolución de las teorías de la organización que de una manera muy didáctica nos lleva desde la teoría científica de Taylor, la funcional de Farol, la de la burocracia de Weber, la teoría de sistemas de Von Bertalanffy, teoría de las relaciones humanas de Mayo, Maslow, teoría de los sistemas corporativos de Barnard, teoría del costo de transacciones y de la integración vertical de Coase, Williamson, teoría institucional de Di Maggio, Powell y Meyer, continua con una minuciosa relación hasta concluir con la teoría de la criticalidad autoorganizada de Bak y Chen. 

Al respecto la interdisciplinariedad entre psicología, administración y economía mucho enriquece a estas ciencias, tomando en cuenta qué es el trabajo, la mente y la conducta humana ética lo que fundamentalmente –no exclusivamente– les preocupa.

IV. Un sistema de valores organizacionales

Aceptando la definición de Octave Géliner de que “la ética de la empresa en su acepción más alta expresa la ambición de éxito competitivo (expansión rentable a largo plazo), en el respeto de las reglas morales y legales, con relación a todos los interlocutores y a la sociedad” (1994:117), con la fórmula de Michel Le Net de que la ética es igual a eficacia más deontología, también considerando que como valores básicos de la axiología organizacional aparte de los éticos, estéticos y normativos jurídicos que toda ciencia social exige y, los propios como competitividad, calidad, productividad, creatividad, originalidad, servicio, garantía, costo, valor y precio, se presenta la correspondencia  estrecha entre la tarea que se desarrolla en la administración junto con las necesidades  y problemas fundamentales  de la sociedad específica a que se pertenece.

V. Nuevas tendencias en la globalidad en crisis

Las dinámicas mundiales enmarcan hacia el futuro horizontes que podemos identificar como:

  1. La crisis del viejo paradigma: mucha administración y ausencia de la ética evitando establecer códigos de esta naturaleza;
  2. El Estado está interviniendo de nuevo y en las más diversas realidades, está obligado a generar nuevos tipos de administración. El reto es si el Estado está en condiciones de hacerlo sin que se afecte el bien común, si podrá, si tendrá la capacidad de gestión y de administración necesarias o si son las organizaciones particulares o sociales las que avanzarán éticamente para beneficio de la humanidad.
  3. En la Unión Europea la intervención generalizada del Estado con el Nuevo Estado Constitucional Democrático y Social e integrado a esa macro comunidad multinacional, surge principalmente de la gran riqueza generada en la actualidad por la capacidad productiva de la sociedad del conocimiento, junto a las insuficiencias estructurales  del viejo sistema económico y social del liberalismo con su comparativamente bajo nivel productivo y a sus carencias axiológicas, en las que Estados Unidos se encuentra atrapado en esta crisis generada por él con una guerra además con la que el nuevo presidente Barack Obama tiene que resolver.

En fin para comprender la actual crisis y sus relaciones con la ética y la administración, pudimos subirnos en los hombros de gigantes para poder contemplar mejor el horizonte axiológico de la sociedad, desde la aplicación kantiana o analítica como arma de combate del prejuicio friedmaniano de “la ética de los negocios es mucho negocio y muy poca ética”; de la empresa desde la Responsabilidad Social de la Empresa o Corporativa (RSE) surgida en los sesenta con sus cuatro normas éticas:

  1. ser rentables;
  2. acatar la ley;
  3. tener prácticas éticas y;
  4. ser buenas ciudadanas corporativas.

Comprender dentro de la crisis actual que amenaza con ampliarse aún más, que la ética es un seguro para la propia actividad social, laboral, organizacional, de consumidores, trabajadores, naturaleza, accionistas y directivos, la administración de los recursos sociales y naturales es moral hoy o no podemos considerarla como tal por descalificación axiológica, pues al ir en contra de los valores representa una agresión contra la sociedad como lo demostró la crisis de hoy y, consecuentemente, un atentado contra la RSE, niega la naturaleza primera o natura rei de la empresa que es la de crear valor en lo general y valores en lo particular, así contra natura se pervierte de actividad social en infractora, de supuesta creadora de valor en su contrario que son los disvalores, no es pues sino engaño o violación a la sociedad, naturaleza, derechos humanos y dignidad de la persona.

Así la crisis nos deja la lección de que el problema de la sociedad del conocimiento desde lo privado y lo público no sólo es incrementar la productividad, competitividad, calidad, precio y servicio, sino cultivar los activos intangibles éticos dentro de ellos la verdad, lealtad, confianza, el valor de los sustentable, el compromiso del trabajador y el cliente, para esto la ética es indispensable conforme la Responsabilidad Social de la Empresa y una institucionalidad que requiere ser fortalecida.    

En lo privado con la convicción de que el consumidor prefiere y otorga su confianza a las empresas éticas, nos percatamos de la posición de que una humanidad sin ética destruirá a la naturaleza y al ser humano; en contra de la empresa ideológicamente amoral o “neutra”, combatida desde la responsabilidad social corporativa (RSC) o responsabilidad social de la empresa (RSE).

En lo público nos quedamos con el criterio de que la crisis mostró las debilidades éticas, prácticas e institucionales del sistema global y que se debe intervenir reflexivamente a profundidad en este campo. Como esto impactará generacionalmente consideramos que es un compromiso para la universidad pública, el que en cada unidad de enseñanza-aprendizaje del currículum, se incluyan transversalmente los contenidos éticos específicos de cada área del saber social: antropología, sociología, psicología social, economía, derecho, relaciones internacionales, política, etc. Sin que se pretenda separar la ética como unidad de enseñanza aprendizaje particular, esto lo desnaturalizaría. Enseñar con ejemplos de casos que demuestren que la ética es un seguro para la propia sociedad, naturaleza, empresa, consumidores, trabajadores, accionistas y directivos, la administración es moral o no es administración sino engaño o violación a la sociedad y dignidad humana.

Se requiere ayudar a construir en nuestras universidades e instituciones el paradigma axiológico emergente, que sostiene que el objetivo de la sociedad del conocimiento no sólo es incrementar la productividad, competitividad, calidad, precio y servicio, sino cultivar los activos intangibles dentro de ellos la moral individual del trabajador y organizacional, confianza, transparencia, verdad, sustentabilidad, honestidad; para esto la ética es indispensable pues tiene que ver con las conductas personales de cada miembro de la ciudadanía y de la sociedad en lo general, es lo que  Peter F. Drucker (2003:237) al final de su vida visualizó transparentemente de esta forma “una tarea igualmente importante para el management de alto nivel en la empresa de la sociedad del futuro será la de equilibrar las tres dimensiones de la corporación: como una organización económica, como una organización humana y cada vez más como una importante organización social”.

Acciones inmediatas a tomar son muchas y de fondo, de otra manera las ciencias sociales que han sido omisas al respecto y la sociedad misma, seguirían padeciendo con este déficit y sus dolorosas consecuencias:

  • el establecimiento y difusión de códigos de ética obligatorios en los diferentes espacios sociales tanto públicos como empresariales, por ejemplo en instituciones de los tres niveles de gobierno, en partidos políticos, sector educativo, medios masivos de comunicación, organizaciones no gubernamentales, que ayuden a la rendición de cuentas de las acciones morales o inmorales, etc.;
  • la creación eficaz de comités de honor y justicia de cada gremio profesional o laboral con efectivo poder y transparencia para sancionar a aquellos miembros que no se conduzcan sus acciones conforme con el código ético establecido, lo que ya opera en otros países con resultados muy positivos;
  • la construcción de una cultura ciudadana de denuncia ética para combatir la opacidad de la doble moral tan generalizada en el país;
  • el establecimiento obligatorio de elementos de ética en las materias a estudiar desde primaria hasta posgrado;
  • contemplar lo sustentable como materia ética para la supervivencia humana;
  • construir liderazgos éticos reconocidos regional y nacionalmente con base en la congruencia entre el decir y el hacer, la palabra y la acción del individuo, grupo o gremio, organización e institución;
  • reconocer y señalar los conflictos de intereses que generan problemas éticos disfrazados;
  • establecer el compromiso personal ético como base primera de las acciones de todo miembro de la sociedad;
  • establecer ombudsman en cada espacio social como vigilante ético eficaz, esto ya existe en otros países tanto en periódicos, empresas, universidades, municipios, estados y naciones;
  • la construcción de prestigios éticos individuales y organizacionales (como ejemplo tenemos en otro campo la certificación internacional ISO) mediante los reconocimientos públicos requeridos;
  •  después de esta crisis que padecemos queda claro que el liderazgo debe empezar por lo moral y no por lo técnico, tecnológico o científico, para evitar caer en casos como los de B. Madoff, los financieros de viviendas Richard Syron de Freddie Mac o Daniel Mudd de Fannie Mae, además de los anteriores de 2001 de Enron y WorldCom;
  • Un gran acuerdo de partidos políticos, instituciones públicas, organizaciones privadas, ciudadanía organizada, medios masivos de comunicación, ciudadanía, universidades y centros de enseñanza públicos y privados y otros, por un programa nacional de ética para la recuperación de la salud pública tan débil y amenazada.

Además de de lo anteriormente propuesto, necesitamos con la ayuda y creatividad de todos, −respetando los matices de las diversas organizaciones−, incluir de inicio en los programas de los planes de estudio de administración transversalmente el estudio de la ética individual y empresarial, en, por y para la mejor administración como conocimiento formativo indispensable para que el futuro profesional, que desde la acción administrativa en las organizaciones tendrá en sus manos el poder de ser creador real de valores para el cambio axiológico de nuestra realidad conforme nuestra sociedad, trabajadores, organizaciones y la sustentabilidad lo requieren ya.

BIBLIOGRAFÍA

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Recibido el: 11-12-2009; Aprobado el: 05-02-2010

Técnica Administrativa
ISSN 1666-1680

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Vol.:09
Nro.:02
Buenos Aires, 15-04-2010

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