Research article
La Educación superior de calidad como derecho humano
Higher Quality Education as a human right
Doctor en Educación con mención Cum Laude por la UNED (España).
Magíster en Derechos Humanos en el Mundo Contemporáneo por la UNIA (España).
Licenciado en Psicología con Diploma de Honor por la UBA (Argentina).
Capacitador, docente e investigador universitario.
Jefe del LIE - Laboratorio de Investigación Educativa-de la UNLaM.
Resumen
La búsqueda y el aseguramiento de la calidad en el campo educativo se ha consolidado como un tema de reflexión, discusión e investigación. En este contexto, el derecho humano a la educación superior de calidad se presenta como uno de los factores decisivos para el desarrollo y crecimiento sustentable de las sociedades del siglo XXI. El presente artículo analiza el estado actual del acceso a la educación superior en el mundo y su evolución histórica. Para luego, profundizar la situación entre las regiones del mundo, con especial énfasis en la región de América Latina y el Caribe.
Abstract
Summary Search and Quality Assurance in Education has established itself as a topic for reflection, discussion and research. In this context, the human right to quality higher education is presented as one of the decisive factors for the development and growth sustainable in the XXI century. This article analyzes the current state of access to higher education in the world and its historical evolution. Then, deepen situation between regions of the world, with special emphasis on Latin America and the Caribbean regions
Palabras Clave:
Derechos Humanos , Calidad , Educación Superior ⓘ
Keyword:
, Human Rights , Quality ⓘ
Introducción
Desde el punto de vista del análisis de los derechos humanos la educación se vincula con la propia condición humana de vivir en sociedad, y con la búsqueda del desarrollo de un progreso que permita la mejora de la calidad de vida individual y colectiva.
Desde el punto de vista del estudio de diferentes tratados internacionales en materia de derechos humanos, la educación se ubica en un lugar central como promotora de la cultura humana y facilitadora de las herramientas para la conformación de una sociedad más justa e igualitaria.
Es por ello que la ampliación y promoción de la educación se ha visto respaldada en variados pactos, declaraciones, instrumentos y documentos internacionales, en el campo de los derechos humanos, siendo que sus aportes son claves para la vida de las personas. En este sentido, la Declaración de Principios sobre la Tolerancia (1995) define a la educación, como “el medio más eficaz de prevenir la intolerancia. La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten, para que puedan ser respetados y en fomentar además la voluntad de proteger los de los demás”.
La educación permite a todas las personas la posibilidad de adquisición de los valores de los derechos humanos, y el respeto por la dignidad, por la tolerancia y por la solidaridad. En tanto los sistemas educativos deben ser precursores del repensar y valorar los avances que se alcancen, con la intención de perfeccionar y universalizar sus aportes.
La Recomendación relativa a la Condición del Personal Docente de la Enseñanza Superior (1997), plantea entre los objetivos y políticas de la educación, que: “10. En todas las fases de la planificación nacional en general y de la planificación de la enseñanza superior en particular, los Estados Miembros deberían adoptar todas las medidas necesarias para garantizar que:
- a) La enseñanza superior se oriente hacia el desarrollo del individuo y el progreso de la sociedad.
- b) La enseñanza superior contribuya al logro de los objetivos de la educación permanente y al desarrollo de otras formas y grados de la educación”.
Porque la educación en tanto derecho humano, por tanto universal, es uno de los medios fundamentales para construir una comunidad basada en el conocimiento, el diálogo constructivo y el desarrollo de las capacidades individuales y colectivas de una comunidad.
La calidad de la educación superior
La búsqueda y el aseguramiento de la calidad en el campo educativo se ha consolidado como un tema de reflexión, discusión e investigación. Los escenarios actuales dan cuenta de que los centros educativos suelen asumir el compromiso permanente para alcanzarla; mediante la aplicación de diversas estrategias para la implementación de procesos formativos que respondan a los desafíos de la sociedad contemporánea en permanente transformación y desarrollo, a la adaptación al campo del trabajo y a la construcción de un ámbito social donde prospere una cultura basada en el respeto de la ciudadanía, los valores democráticos y la equidad de oportunidades.
En este contexto, el derecho a la educación superior de calidad se presenta como uno de los factores decisivos para el desarrollo y crecimiento sustentable de las sociedades del siglo XXI. De hecho, observando el constante incremento mundial de estudiantes de este nivel, es muestra del interés que suscita. Es por ello, y por su impacto en la producción científica, tecnológica y formativa, que es un derecho que requiere de políticas y programas educativos con alcance para toda la población que desee acceder a ella, a través del fortalecimiento de sus servicios y de sus funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión universitaria.
El acceso universal al derecho a la educación superior, se encuentra defendido por distintos instrumentos internacionales de los derechos humanos, así como por reuniones mundiales del propio campo educativo. Así pues, la Carta de la Organización de los Estados Americanos (1948), manifiesta que “la educación superior estará abierta a todos, siempre que, para mantener su alto nivel, se cumplan las normas reglamentarias o académicas correspondientes”. En el Protocolo de San Salvador (1988), se afirma que “la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados y, en particular, por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita” (Artículo 13º, 3.c.).
En la Reunión de Ministros responsables de la Educación en los países miembros del Espacio Europeo de Educación Superior, se le ratificó “un papel esencial en la promoción de la cohesión social, en la reducción de las desigualdades y en la elevación del nivel del conocimiento, destrezas y competencias en el seno de la sociedad” (E.E.E.S., 2007:4).
En la declaración final de la Conferencia Regional de Educación Superior en América Latina, se afirma que “la educación superior es un bien público social y un derecho humano universal” y que “para asegurar un significativo crecimiento de la cobertura educacional requerida para las próximas décadas, se hace imprescindible que la Educación Superior genere las estructuras institucionales y las propuestas académicas que garanticen el derecho a ella y la formación del mayor número posible de personas competentes, destinadas a mejorar sustancialmente el soporte sociocultural, técnico, científico y artístico que requieren los países de la región” (CRES, 2008).
En la segunda Conferencia Mundial sobre Educación Superior, se afirmó que “en tanto bien público, es responsabilidad de todos los actores involucrados” y que “las instituciones de enseñanza superior desempeñan un papel estratégico en la búsqueda de soluciones a los problemas más importantes que se plantean hoy” (UNESCO, 2009).
Éstas y muchas otras afirmaciones internacionales, han puesto de manifiesto el rol trascendental del derecho humano a la educación superior, y la necesidad e importancia de que se garantice su acceso, así como su calidad en el mundo contemporáneo. Destacando la necesidad de preservar, reforzar y fomentar sus valores fundamentales de contribuir al desarrollo sostenido y al mejoramiento social.
El acceso a la educación superior en el mundo
En función de un mundo interrelacionado, con los fenómenos de globalización de la información, divulgación de los conocimientos, integración cultural, redes sociales, internacionalización de la educación y competitividad internacional, la preocupación por fomentar el acceso a la educación superior adquiere singular trascendencia, entre los diferentes países y al interior de cada uno de los mismos.
En el año 1998, la I Conferencia Mundial sobre Educación Superior, puso de manifiesto que “en los albores del nuevo siglo, se observan una demanda de educación superior sin precedentes, acompañada de una gran diversificación de la misma, y una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste” (UNESCO, 1998). Éstas y otras manifestaciones muestran una evolución en el compromiso orientado al cumplimiento del derecho universal a la educación superior.
Así pues, analizando a nivel mundial la evolución histórica de la tasa bruta de matriculación del nivel superior, se observa que del año 1970 hasta el presente creció más de un 500%. La T.B.M. es definida como el “número de alumnos o estudiantes matriculados en un determinado nivel de educación, independientemente de su edad, expresado como porcentaje de la población en el grupo de edad teórica para ese mismo nivel educativo. Para el nivel terciario, se utiliza la población correspondiente a los 5 años posteriores a la edad oficial de graduación del nivel secundario” (U.I.S, 2011:302).
Esto implica, que de los 33.000.000 de estudiantes estimados en el año 1970, se pasó a 131.999.000 de estudiantes en el año 2004; alcanzando en el año 2010 una tasa de 177.684.000 de estudiantes (U.I.S., 2012; U.I.S., 2009; U.I.S., 2006).
Matrícula Mundial del nivel terciario. Años 1970, 2004 y-2010.
Fuente: U.I.S., 2012; 2009, 2006. |
Comparando los diferentes informes anuales elaborados por el UNESCO Institute for Statistics, se evidencia que la T.B.M. del mundo en el año 1990 alcanzaba un 13% (U.I.S., 2009), en el año 2004 el 24%, llegando al 29% en el año 2010 (U.I.S.; 2012).
TBM de la Educación Superior en el mundo. Años 1999, 2004 y 2010. Fuente: U.I.S, 2006; 2009; 2012. |
Sin embargo,si bien representa un incremento de estudiantes que acceden al derecho a una educación superior, la distribución en las distintas regiones geográficas del mundo presentan diferencias entre sí, comparando entre regiones del mundo, entre los países de cada región y aún entre las diferentes zonas internas a cada país.
Por ejemplo, mientras en la región del mundo como África subsahariana la tasa de matrícula llega al 8%, y en la región de América del Norte y Europa Occidental alcanza el 76%, existen países que alcanzan un 80% o más de T.B.M., y otros países alcanzan el 4% o menos aún (U.I.S., 2012).
Las diferentes regiones representadas en porcentajes, se presentan en la siguiente tabla (U.I.S., 2012):
Mundo / Regiones |
Año 2010 |
T.B.M. del MUNDO |
29% |
América Latina y el Caribe |
41% |
África subsahariana |
7% |
Asia Oriental y el Pacífico |
29% |
Asia Meridional y Occidental |
17% |
Estados Árabes |
24% |
América del Norte y Europa Occidental |
76% |
Asia Central |
24% |
Europa Central y Oriental |
66% |
Tasa bruta de matrícula. Educación terciaria. 2010. Fuente: U.I.S., 2012.
Cabe destacar que la región de América Latina y el Caribe, ha sido una región que se ha caracterizado en los últimos años por un crecimiento progresivo en materia de acceso a la educación superior.
Así pues, la matrícula en la región tuvo un proceso de expansión significativa, puesto que pasó de 270.000 alumnos en el año 1950 (Brunner, 1994:1):
- a más de 7 millones en 1990 (Brunner, 1994:1);
- a 14.601.000 en el año 2004 (U.I.S., 2006);
- en el año 2005, a los 16.000.000 de estudiantes (Fernández Lamarra, 2007);
- y la estimación del año 2010 es de 21.448.000 de estudiantes (U.I.S., 2012).
Matrícula de la educación terciaria. Región de América Latina y el Caribe. Años 2004 y 2010. Fuente: U.I.S., 2012; U.I.S., 2006. |
El U.I.S. acentúa que “aunque el crecimiento de la matrícula en la región fue muy rápido entre 1970 y 1980 -alcanzando una tasa anual del 11%-, entre 1980 y 2000 disminuyó en intensidad. Desde el año 2000, el crecimiento de la matrícula en la región nuevamente se ha acelerado, reportándose una tasa promedio anual del 6,8% en los últimos años” (2009:10).
En el año 1950 la tasa regional bruta de escolarización superior era de un 2% (Brunner, 1994), pasando a un 6% en el año 1970, a un 13% en el año 1980, y llegando a un 17% en el año 1990 (U.I.S., 2009). Si se compara la T.B.M. de la región de América Latina y el Caribe entre los años 1999, 2004 y 2010, la misma pasó del 21% de fines del siglo pasado, al 28% del 2004, llegando a la estimación del 41% en el año 2010.
Tasa bruta de matrícula. Educación terciaria. Región de América Latina y el Caribe.
Años 1999, 2004 y 2010. Fuente: U.I.S., 2012; 2006. |
El crecimiento observado da cuenta de que cada vez más personas se insertan en el sistema de estudios superiores, pero aún son muchos aquellos que todavía no logran acceder a ese derecho.
Conclusiones
Los últimos años se han caracterizado por un crecimiento sostenido en el acceso a los estudios superiores, tanto a escala mundial como a nivel regional, por ejemplo en América Latina. Pese a ello, se evidencia que aún queda camino por recorrer, observándose que todavía persiste una brecha de desigualdad en el interior de las regiones del mundo, como entre los diferentes países.
El derecho humano a la educación superior es un factor determinante en los procesos de desarrollo social y productivo en esta era de la sociedad de conocimiento y la información. En este sentido cobra relevancia investigar y generar nuevas alternativas que faciliten el acceso a la formación y al disfrute de una educación superior de calidad.
La educación superior es una herramienta que contribuye al crecimiento y bienestar de los individuos y ofrece respuestas a las necesidades colectivas. Para alcanzar esta demanda de las personas y las sociedades, se requiere simultáneamente de estabilidad y plasticidad. La primera, para permitir el diseño de estrategias complejas de corto, mediano y largo plazo, en un ámbito en el cual sea posible la planificación; a la vez de plasticidad, acompañando a tiempo las transformaciones experimentadas y contando con la capacidad de afrontar los cambios requeridos hacia la mejora.
Es por ello, que la búsqueda del derecho humano a la educación superior de calidad deberá continuar en el fortalecimiento de programas educativos que impulsen la igualdad de oportunidades, ofreciendo actualización docente, orientación académica y asesoramiento en metodologías de estudio a los estudiantes, recursos como becas, pasantías laborales, para la permanencia y conclusión de las carreras. Esto facilitará respuestas reales a los problemas cotidianos de las personas y ofrecerá alternativas de solución a los futuros desafíos por venir.
Bibliografía - Bibliography
Nicoletti, J. (2014). Derecho Humano a la educación de calidad. Buenos Aires: UNLaM.
Recomendación Relativa a la Condición del Personal Docente de Enseñanza Superior (1997).
UNESCO (2009). Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. Paris: UNESCO.
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La Educación superior de calidad como derecho humano
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