Research article
Factores que afectan la Continuidad de la Empresa Familiar
Factors affecting Family Business Continuity
Master of Arts in Human Resource Management,
Universidad Católica de Córdoba, Argentina
Doctora en Administración de Empresas,
Universidad Católica de Córdoba, Argentina
Licenciada en Administración de Empresas,
Universidad Católica de Córdoba, Argentina
Resumen
El propósito de este artículo es presentar los resultados de la etapa exploratoria del proyecto de investigación Factores que Afectan la Continuidad de las Empresas Familiares (EF) PyMEs. Con este fin se realizó una extensa revisión literaria, entrevistas no estructuradas a directivos de EF y observación fruto del trabajo profesional. Finalizada la etapa exploratoria del proyecto, se encontró que el factor más estudiado que afecta la continuidad de la EF es el de la sucesión. En general, las investigaciones revisadas tienen limitaciones, siendo la principal que éstas intentan elaborar modelos que expliquen el efecto de ciertos factores sobre la continuidad pero sin probar la relación causal entre variable dependiente e independiente.
Abstract
This article s aim is to present the research project Factors Affecting Small and Medium Family Business s Continuity exploratory stage s results. With this aim in mind a literature review and no estructured interviews were conducted. Besides, data from professional experience was collected. The research team found that succesion was the variable studied most. In general terms, most studies elaborate models which seek to explain a causal relationship between certain factors and continuity but they don’t measure the relationship between independent and dependent variables.
Palabras Clave:
Empresa Familiar , Factores, Continuidad ⓘ
Keyword:
Family Business, Factors, Continuity ⓘ
Introducción
Las EFs generan gran parte del empleo y la riqueza de los países y también son fuente de riqueza socioemocional para quienes forman parte de ellas. Particularmente, en la Argentina, según el Instituto Iberoamericano de la Empresa Familiar (2006), entre el 80% y 90% de las empresas son de carácter familiar. De acuerdo a la Secretaría de Transformación Productiva de la Nación (2017), en nuestro país hay 650.626 empresas activas, siendo el 99% Pequeña y Mediana Empresa (PYMES), presumiblemente en su mayoría familiares (en Argentina no hay datos de organismos públicos ni de asociaciones independientes sobre este asunto). Además, las EFs representan más del 50% de la actividad económica y conforman la mayor fuente de empleo privado.
Sin embargo, este campo de estudio es joven y adolece de problemas que dificultan la generación de saberes útiles para la gestión. Principalmente, la mayoría de los estudios provienen de países desarrollados que tienen marcadas diferencias culturales e institucionales con Latinoamérica.
A la escasez de saberes adecuados a la realidad de las EFs latinoamericanas, se agrega que éstas tienen una complejidad única que proviene de la interacción de lógicas y necesidades diferentes y en ocasiones contradictorias, de los sistemas familia y empresa. Colisionan en ella los criterios de efectividad administrativa y económica, con el cuidado de las relaciones entre los miembros de la familia.
Además, las investigaciones señalan que el principal desafío de la EF es la continuidad. En concreto, las estadísticas que indican que un porcentaje muy bajo de estas organizaciones llega a la tercera generación, el resto perece antes. Es así que Ward (1994), citado por Martínez Echezárraga (2010), sostiene que sólo el trece por ciento de las EFs sobrevivía a una tercera generación. En la misma línea, Merchant et al. (2017) apuntan que solo el 30% logra el traspaso a la segunda generación y apenas el 15% a la tercera. Respecto a la situación en Argentina, según la Secretaría de Transformación Productiva, el índice de desaparición de las organizaciones es muy elevado. En efecto, los datos señalan que desde 2006 la cantidad de empresas en valores absolutos no ha crecido, se crean aproximadamente 60.000 empresas por año y la misma cantidad perece.
No obstante, la magnitud de la tasa de mortalidad se sabe poco de las causas que la provocan, especialmente en el contexto de la EF PyME (Merchant et al. 2017). Con relación a esto, al revisar la literatura se encuentra que hay pocos estudios que profundicen en los factores que afectan a la continuidad.
Concepto de Empresa Familiar (EF) y sus diferencias con la empresa no familiar
Antes de indagar en el concepto de continuidad y en los factores que la determinan, es conveniente explorar el concepto de EF y las diferencias entre ésta y la empresa no familiar.
En cuanto a la EF, aunque los tratadistas coinciden en que es un tipo organizacional único, diferente a la empresa no familiar, aún no han logrado formular un concepto de ella aceptado por la mayoría. En efecto, Habbershon y Williams (1999) hallaron más de cuarenta y cuatro conceptos distintos sobre la materia. En este sentido, Sharma (2004) advierte que la definición del objeto a estudiar es una tarea desafiante en la mayoría de las ciencias sociales y que no debe sorprender la falta de acuerdo. Igualmente, Mandl (2008), citado por Rojo et al (2011), señala la inexistencia de unicidad en el concepto y agrega que esto dificulta el avance en el conocimiento.
Ahora bien, frente a la abundante diversidad de conceptos, Gimeno Sandig (2009) apunta que los académicos han prestado más atención a aquellos producidos desde el enfoque de sistemas, que entiende a la EF como el resultado de la interacción de los sistemas familia y empresa (por ejemplo, Lansberg, 1983); o como la interacción de los sistemas familia, empresa y propiedad (por ejemplo, Tagiuri y Davis que en 1992 crean el conocido modelo de los tres círculos). Más adelante, Gersick et al. (1999) agregan una componente evolutiva al modelo de los tres círculos. Así, ellos transformaron al modelo estático de los tres círculos en un modelo dinámico y evolutivo, en el cual los tres sistemas se desplazan a través de una secuencia de etapas temporales y sufren transformaciones que redefinen la configuración de la EF.
En cuanto a las diferencias entre la EF y la empresa no familiar, tenemos que ellas son conceptual y cualitativamente distintas y la distinción fundamental reside en la influencia significativa de los miembros de la familia y de las relaciones de parentesco en la empresa (Gagné et al. 2014), la familia es un factor contextual de la empresa y afecta sus acciones (Kidwell, 2012). Además, los dueños de la EF no están interesados sólo en los beneficios financieros sino que también se preocupan por la riqueza socioemocional lograda a través de la empresa (Gómez-Mejía et al 2007).
Concepto de continuidad
Luego de revisar el concepto de EF y las diferencias de ésta con la empresa no familiar, se examina la noción de continuidad de la EF. En cuanto a este concepto, tras revisar la literatura queda la impresión que su definición no recibe la debida atención por parte de quienes la estudian. Se afirma esto porque una cantidad considerable de artículos sobre la continuidad de la EF y sobre los factores que la afectan, no definen qué es la continuidad. Sorprende descubrir que frecuentemente su concepto queda implícito y se da por sobreentendido. Drozdow (1998) comenta este asunto y afirma que el concepto de continuidad parece autoevidente. Luego agrega una definición vaga de continuidad y que apela a la autoevidencia: expresa que la continuidad es la continuidad de una empresa más allá de sus fundadores.
Entonces, ante esta situación, es necesario preguntarse cuál es la noción subyacente, de qué hablamos cuando hablamos de continuidad de la EF. Para Drozdow (1998) la idea que está implícita es que familia y empresa deben permanecer juntas. La misma línea siguen Konopaski et al. (2015), quienes entienden a la continuidad como la supervivencia de la familia y el negocio a lo largo de generaciones.
Por otro lado, algunos autores producen un concepto más elaborado. Por ejemplo, Salvato et al. (2010) establecen que la continuidad es un constructo multi-facético, cuyo significado está abierto a la construcción de sentido y a la interpretación. Así, ellos sugieren que el sentido de continuidad puede variar en las mentes de distintos miembros de la EF y cambiar de significado a lo largo del tiempo. Ellos ven a la continuidad como una identidad institucional a preservar, aunque advierten que el deseo de preservar esa identidad puede poner en riesgo la supervivencia de la EF. Por lo tanto, la continuidad estaría más vinculada con el cambio estratégico, con la capacidad para salir del negocio del fundador para emprender negocios nuevos. En contraposición, Drozdow (1998) rompe con el concepto tradicional de continuidad y señala que esta noción puede ser perjudicial porque en ocasiones la familia puede afectar negativamente al negocio o el negocio a la familia. Por lo tanto, la autora invita a pensar la continuidad como una serie de elecciones entre la familia y la empresa, sopesando costos y beneficios, que puede llevar a entender la continuidad sin la presencia de la familia en el liderazgo e incluso en la propiedad. Es decir, para esta autora, existe continuidad en tanto que la empresa siga atendiendo las necesidades de sus clientes. Esta noción de continuidad, desde el punto de vista administrativo y de supervivencia de la empresa, puede ser una elección conveniente. Sin embargo, desde el marco conceptual brindado por las numerosas y diversas definiciones de EF, esa empresa, sin familia en la gestión o en la propiedad, dejaría de ser EF y saldría del campo que es objeto de nuestro estudio.
La efectividad de la EF
La continuidad de la EF está vinculada con su efectividad y resulta que este último asunto es controversial. Por un lado, hay evidencia de que la EF tiene mayores niveles de rentabilidad y de empleo que la empresa no familiar (Zellweger 2008), lo cual sostendría el argumento de que son más efectivas. Sin embargo, los elevados índices de mortalidad, mencionados anteriormente, apuntan en sentido opuesto.
En cuanto a los efectos de la familia sobre la efectividad de la empresa, Barnett et al. (2009) plantean si la familia es un recurso o una limitación para el desempeño de la empresa. Este asunto es estudiado desde diversas teorías, entre las cuales se destacan la teoría de la agencia, que explica la efectividad de la EF en términos de menores costos en la relación del principal con el agente, debido a los efectos positivos de los vínculos familiares (Lee, 2006). Igualmente, la teoría del capital humano, identifica en la EF un conjunto de fortalezas internas únicas y difíciles de imitar, creadas por la presencia de la familia (Zellweger, 2008). Así pues, para Lee (2006) la participación de la familia en la propiedad y gestión crea niveles altos de lealtad, confianza y compromiso los cuales mejoran el desempeño de los empleados. Del mismo modo, para Zellweger (2008) en la EF existe una mayor perspectiva de largo plazo y continuidad en la gestión.
Por otro lado, la influencia del sistema familia sobre el sistema empresa hace muy compleja la gestión y crea el desafío de lograr equilibrios entre el altruismo hacia la familia y la aplicación de criterios administrativos efectivos. Desequilibrios a favor de la familia pueden conducir a ocupar cargos con familiares incompetentes, pagar sueldos más altos a los empleados familiares o distribuir ganancias en exceso (Lee, 2006). Si hay comportamientos altruistas sólo de un lado, se agrava el problema de alinear los intereses del principal y el agente.
Factores que explican la continuidad de la EF
Luego de haber analizado el concepto de EF, las diferencias con la empresa no familiar y el asunto de las fuentes de la efectividad de la EF, se indaga concretamente en los estudios que investigaron los factores que explican su continuidad. Con relación a esto, la revisión de la literatura muestra que este asunto ha recibido gran atención entre los académicos, aunque, como ya se afirmó, se sabe poco sobre ella. Los factores identificados en los artículos son muy diversos y comprenden a variables internas de la organización como los efectos de la sucesión y el rol del cónyuge y también consideran variables externas, como dimensiones culturales e institucionales de la sociedad. A continuación, se presentan los resultados de la revisión.
El fracaso en la sucesión del liderazgo o la propiedad es la principal causa de mortalidad de las EFs (Bocatto et al., 2010). Consecuentemente, esto ha conducido a que la sucesión sea el tema más estudiado (Astrachan y Kolenko, 1994 y Sharma, 2004). A saber, Lucky et al. (2011) evalúan la literatura y concluyen que los estudios: 1) se concentran solo en la sucesión como hecho aislado; 2) se estudia la sucesión, pero sin elaborar sugerencias para el proceso de continuidad; 3) existen pocos estudios de cómo la sucesión afecta la continuidad y finalmente, 4) estos trabajos no impiden la alta mortalidad de las EFs.
Otro factor ampliamente estudiado es el de las dinámicas interpersonales. En efecto, Lambrecht y Lievens (2008), quienes analizaron las publicaciones de la Family Business Review para determinar cuáles fueron los temas más estudiados, ubican a las dinámicas interpersonales en el segundo lugar entre 1988 y 1998, detrás de la sucesión. En particular, Venter et al. (2012) apuntan como factor crítico de la continuidad de la EF a las dinámicas interpersonales entre los miembros de la familia y en particular señalan el vínculo positivo entre la longevidad de la empresa y el bienestar de la familia. En este sentido, los autores citan a Santiago (2000) para introducir los conceptos de cohesión y armonía como causas de la continuidad de la EF. Sin embargo, ellos también mencionan a Sharma (1997) quien, en sentido contrario, reporta que la armonía familiar no tiene impacto significativo en el acuerdo de los miembros de la familia para dar continuidad a la empresa.
Como ya se anticipó, el rol de los cónyuges de los CEOs de EF también ha sido estudiado como variable explicativa de la continuidad. De historias e incluso anécdotas, aparece que este rol ha sido en ciertos momentos decisivo y ha impactado con fuerza en la continuidad. Entre los pocos trabajos se encuentra el de Poza y Messer (2001) que afirman que la esposa tiene un rol positivo como facilitadora de conversaciones, guardiana del legado y piedra angular de la inteligencia emocional en las relaciones familiares. No obstante, también hay evidencia en sentido inverso. Así pues, Venter et al. (2012), al revisar la literatura, citan a Farrington (2009) quien encuentra que a menor involucramiento del cónyuge es mayor el desempeño de la EF y por lo tanto mejoran sus chances de continuidad.
Los investigadores también tratan de explicar la continuidad de la EF en función de la cultura de la organización. En esta línea, Dyer (1998) concluye que la cultura de la EF juega un rol importante en determinar si ésta continúa más allá de la primera generación. En su trabajo, el autor describe tipos de cultura de la empresa y trata de determinar los patrones culturales que tienden a estar asociados con EFs que ha sido exitosas a lo largo del tiempo. Sin embargo, el autor no estudia la relación causal entre cultura y continuidad, sino que se concentra exclusivamente en elaborar los tipos culturales de la EF.
Dentro de la amplia y en ocasiones difusa, noción de cultura están los valores, que suelen ser uno de los niveles de los modelos de cultura (por ejemplo Schein, 1985 y Hofstede 2010) y que también han sido vinculados con la continuidad de la EF. En efecto, García Alvarez y López Sintas (2003) indagan cómo la naturaleza de los valores transmitidos por el fundador hacia el sucesor y el grado de consistencia entre los valores de uno y del otro, repercuten en el crecimiento futuro y el éxito de la empresa. Ligado con este enfoque, Konopaski et al. (2015) utilizan el enfoque del aprendizaje en comunidades de práctica para conocer cómo los miembros de la EF aprenden los valores centrales (core values) y cómo los miembros mayores son reemplazados por los jóvenes de una forma que asegure la continuidad. Para los autores, hay una correspondencia entre este aprendizaje y continuidad pero tampoco ofrecen una prueba de la relación causal entre ellos.
El compromiso, constructo muy vigente en el campo de la administración del capital humano como variable que explica el alto desempeño, también es empleado para estudiar la continuidad de la EF. Por ejemplo, Basly y Saunier (2018) conjeturan que altos niveles de compromiso de los miembros de la familia con la empresa conducirán a niveles elevados en el deseo de sostener a la empresa en el largo plazo. Adicionalmente, los autores introducen dos variables mediadoras en la explicación de la influencia del compromiso de la familia en la intención de continuidad: la identificación de la familia con la empresa y el involucramiento emocional; aunque tampoco ofrecen evidencia de la relación entre ambas variables.
La teoría de los stakeholders también es empleada para explicar la continuidad de la EF. Así es que Martínez y Norman (2004) y Walters (2011) (citados por Venter et al. 2012) aseveran que la supervivencia de largo plazo de una empresa y su éxito están determinados por su habilidad para establecer y mantener relaciones con toda su red de stakeholders. Si bien existe gran número de estudios que se concentran en los stakeholders miembros de la familia, hay poco interés en aquellos que no lo son. Consecuentemente, Venter y sus colegas (2012) estudian el impacto de los miembros no familiares o familiares no activos en la continuidad futura percibida.
En otra línea de investigación, Lambrecht y Lievens (2008) se interesan por el crecimiento a lo largo de las generaciones de la cantidad de miembros de la familia involucrados en la propiedad y/o gestión. Para ambos investigadores, la dispersión de la propiedad tiene considerables efectos negativos, como el aumento de los costos de agencia, mayor dificultad para tomar decisiones, un incentivo a cuidar los intereses personales en detrimento de los organizacionales y presión por distribuir dividendos mayores. Para ellos, el aumento del tamaño del árbol familiar no es un proceso irreversible. Por lo contrario, muestran evidencia de EFs que iniciaron procesos de simplificación de la propiedad y gestión mediante la "poda" del árbol familiar y citan a Gallo (2006) que halló que EFs mayores de 100 años deben su continuidad a limitar la cantidad de accionistas.
Un factor adicional que hace a la continuidad es el emprendedorismo, cuyos conceptos se aplican al contexto de la EF para comprender cómo éste puede ser un elemento clave para renovar la empresa y así darle continuidad. En esta línea, García Alvarez y López Sintas (2003) aseveran que la continuidad de la EF requiere elevar sucesores potenciales que aportan valor a la empresa mediante la búsqueda de nuevas oportunidades y promoviendo el emprendedorismo. Además, Salvato et al. (2010) investigan la renovación emprendedora en EFs generacionales como un mecanismo para lograr la continuidad. En particular observan la salida del negocio del fundador y el ingreso en un negocio nuevo como medio para lograr la continuidad. No obstante, Zellweger et al. (2010), también desde conceptos del emprendedorismo, llegan a conclusiones opuestas. Ellos examinan en qué grado el constructo de orientación emprendedora (OE) es útil para explicar la actividad de EFs transgeneracionales y sugieren que, aunque la teoría indica que EFs que tienen puntajes altos en las cinco dimensiones de OE debieran ser más exitosas, en el largo plazo, frecuentemente lo opuesto es cierto. Para fundar esta postura citan el caso de muchos emprendimientos de alta tecnología cuyos fracasos fueron muy conocidos.
Junto a todos los factores recién presentados, que son internos a la EF, coexisten factores externos a la misma que también afectan su continuidad. Estos factores, muy tratados en la literatura administrativa, incluyen al cambio tecnológico, el ambiente económico, social, cultural e institucional. En relación a estas investigaciones, que tampoco miden la relación causal de estos factores con la continuidad, sobresale el hecho de que la mayoría de los estudios provienen de unos pocos países económicamente desarrollados, institucionalmente maduros y de cultura anglosajona. Esto implica que los saberes ahí producidos no pueden trasladarse acríticamente a países con un contexto diferente. Justamente, Merchant et al. (2017) apuntan a esta cuestión en su estudio de la continuidad de las EFs en la India cuando señalan las diferencias culturales del mundo oriental con el anglosajón en las dimensiones de colectivismo-individualismo, orientación temporal, comunicación de contexto bajo-alto y el grado en que la cultura es jerárquica o igualitaria. Igualmente, exponen las dificultades de las empresas para operar en una economía que no ofrece acceso al crédito, expuesta a crisis frecuentes y en un contexto institucional en el que la seguridad jurídica es baja y los funcionarios son corruptos.
Conclusión
La revisión de las investigaciones sobre los factores que afectan la continuidad de las EFs permite apreciar una serie de deficiencias compartidas. La primera es que, como se señaló en el apartado anterior, los autores sugieren una relación entre el factor que estudian y la continuidad, pero no prueban con datos empíricos que ésta exista. Por citar un ejemplo, Dyer conjetura una relación entre cultura y continuidad y elabora los tipos culturales de la EF pero no presenta datos que prueben esa relación causal.
Una segunda limitación es que los estudios se concentran en una sola variable que afecta la continuidad, pero no toman medidas para controlar la influencia de otras variables que también la influencian.
En tercer lugar, en los casos de estudios que sí trabajan con una muestra y pretenden realizar mediciones de la relación entre un factor y la continuidad de las EFs aparece la dificultad de que es difícil identificar a este tipo de empresas, ya que en la mayoría de los países no hay bases de datos. En general se presume que la mayoría de las PyMEs son familiares pero no hay certezas. Además, relacionado con esto, frecuentemente las muestras son pequeñas y por lo tanto los resultados no son generalizables (por ejemplo Poza et al. 2001).
Un cuarto inconveniente es que se aprecia que las investigaciones usan distintos conceptos de EF y de continuidad, por lo que no hay certeza de que diferentes trabajos observen el mismo fenómeno. Ya se explicó el problema de la falta de unicidad del concepto de EF y que muchos investigadores consideran como autoevidente el concepto de continuidad, por lo que apelan a definiciones generales y ambiguas.
Por último, otro problema, ya señalado, es que gran parte de los estudios se han desarrollado en países económicamente avanzados, institucionalmente maduros y culturalmente anglosajones por lo que sus conclusiones no son directamente transferibles a la realidad latinoamericana.
Quizás, una forma de sintetizar las limitaciones de los estudios sea extender a ellos las conclusiones, ya mencionadas, de Lucky y sus colegas sobre los trabajos que investigan la relación entre sucesión y continuidad. Entonces, podríamos afirmar que los estudios: 1) se concentran solo en un factor que afecta la continuidad, como hecho aislado; 2) se estudia ese factor pero sin elaborar sugerencias para el proceso de continuidad; 3) existen pocos estudios de cómo esos factores afectan la continuidad y finalmente, 4) estos trabajos no impiden la alta mortalidad de las EFs.
Bibliografía - Bibliography
Dyer W. (1998). Culture and Continuity in Family Firms. The Best of FBR II
Lee, J. (2006), Family Firm Performance: Further Evidence. Family Business Review, 19 (2), 103-114.
Martinez Echezárraga Jon (2010) Empresas Familiares Reto al Destino – Granica – Buenos Aires.
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Factores que afectan la Continuidad de la Empresa Familiar
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